La inversión que se hace en cualquier oficina a la hora de amueblarla es considerable, y aunque muchas veces pensamos que este desembolso nos va a servir para muchos años, no podemos cometer el error de dejar que los muebles que hemos adquirido con tanto esfuerzo al final supongan un problema para el bienestar tanto físico como mental de nuestros empleados.
A la hora de plantearnos si es necesaria una renovación del mobiliario, lo primero que debemos hacer es inventariar el mismo y revisar todos y cada uno de los elementos, para identificar aquellos que sean susceptibles de un cambio. Este cambio puede venir determinado por varios motivos, siendo el principal el desgaste por el uso, pero influyen también otros como la renovación de la imagen corporativa e incluso el cambio generacional de nuestra plantilla.
Si ponemos por ejemplo las sillas, estas suelen tener una vida media de entre 8 a 10 años. Alcanzada esta vida útil, es imprescindible cambiarlas por nuevos modelos para que la ergonomía, y por tanto el bienestar de los usuarios, no se reduzca, provocando problemas físicos y elevando el estrés de la jornada laboral.
También, como decíamos, es posible que durante estos años, nuestra plantilla haya cambiado y los nuevos profesionales requieran otro tipo de sillas o mesas, por lo que es conveniente tener en cuenta las preferencias de los empleados y, en la medida de lo posible, adaptar el mobiliario a las mismas.
Con el uso, nuestras mesas, armarios y demás mobiliario auxiliar sufre, y esto se nota sobre todo en el aspecto visual. Rayaduras en la superficie de las mesas o armarios, pequeños desconchones, manchas de tinta o café. Cuando estas pequeñas imperfecciones se acumulan y los tratamientos de limpieza y mantenimiento habituales no pueden hacer nada, quizá sea momento de una renovación. Cualquier trabajador se siente motivado cuando el material con el que trabaja se renueva, y esto al final influye en la productividad y en la sensación de que la empresa se preocupa por ellos, aumentando el compromiso de estos con la misma.
Un buen método para que la renovación del mobiliario de oficina no nos suponga un problema, es destinar periódicamente una parte de los beneficios de la empresa a un fondo para esta necesidad. Así, este fondo nos permitirá renovar mobiliario que haya podido sufrir algún percance y, pasados varios años, disponer de un colchón para afrontar la renovación parcial o completa del mismo.
Además, los nuevos materiales, acabados y características de las sillas, mesas y muebles auxiliares que se fabrican hoy en día, hacen que la vida útil de los mismos sea cada vez mayor, por lo que esta inversión también nos permitirá alargar el tiempo antes de tener que volver a renovar nuestros muebles.
Finalmente, si no estás seguro de si es necesario renovar el mobiliario de tu empresa, podemos ayudarte haciendo un estudio del mobiliario actual, identificando aquellos que sean susceptibles de un cambio y cuales pueden mantenerse, y ofreciéndote las mejores soluciones y condiciones, para que la inversión sea la estrictamente necesaria para mantener el buen ambiente en tu oficina durante unos cuantos años más.
No dudes en visitar nuestro catálogo de mobiliario de oficina y contactar con nosotros, estaremos encantados de ayudarte.