Hoy en día, las necesidades de la oficina son muy variables y sus funcionalidades, diversas y dinámicas. En un momento dado, podemos necesitar que un mismo espacio sirva, incluso a lo largo de la misma jornada laboral, como sala de reuniones, aula de formación o área de trabajo para varios puestos individuales o en equipo.

Las mamparas, los tabiques móviles y los biombos y separadores, son los complementos perfectos que nos brindan esta posibilidad, transformando estos espacios de una forma rápida y sencilla, y sobre todo sin grandes obras de remodelación y un presupuesto menor.

Es tal su versatilidad que desde hace tiempo se utilizan cada vez más como cerramientos de interior para optimizar la distribución de las oficinas, aunque si bien es cierto, su utilización no está solamente circunscrita a este sector.

Dadas las diversas funcionalidades que se le pueden dar a un mismo espacio, dentro de las mamparas, tabiques y biombos encontramos modelos fijos y móviles, siendo habitual que las mamparas se utilicen como elementos fijos de separación. Estas nos ofrecen además distintas opciones en cuanto a privacidad (ciegas, mixtas o de cristal) y en cuanto su capacidad para aislar mediante el uso de melaminas y vidrio doble.

Los tabiques móviles nos ofrecen la solución perfecta para aquellos espacios multifuncionales, donde el uso de estos tabiques, de fácil movimiento y los cuales se desplazan a lo largo de una guía central, nos permiten dividir de una forma rápida y cómoda estos espacios para que puedan emplearse en diferentes tareas a la vez.

Finalmente, los biombos y separadores nos permiten delimitar áreas de trabajo, para crear una sensación de intimidad y aislar al trabajador o trabajadores del resto de la oficina, generando un espacio más íntimo y confortable para su uso personal.

Independientemente del tipo de separación que podamos necesitar, lo cierto es que todos ellos reúnen una serie de beneficios: flexibilidad, rapidez y facilidad de instalación, mayor luminosidad, aislamiento acústico y sobre todo, un menor coste frente a una obra tradicional. Cómo veis, ¡son todo ventajas!