La semana pasada tratamos en el blog cómo llevar a cabo la reforma de un local u oficina. Finalizadas las obras, el siguiente paso es diseñar de acuerdo con nuestros gustos y sobre todo, con nuestras necesidades; y al igual que en una reforma, en el diseño también debemos pensar con anterioridad en una serie de aspectos.

En primer lugar debemos tener en cuenta las dimensiones de nuestra oficina. Es importante saber con qué espacio contamos y distribuirlo de forma operativa. En este sentido debemos plantearnos previamente cuestiones como: qué tipo de trabajo se realiza, ya que no todos los puestos y tareas son iguales y en función de ello, el equipo y mobiliario necesario puede variar; el número de trabajadores y si estos acuden diariamente de forma presencial o teletrabajan, por lo que no serían necesarios tantos puestos permanentes sino escritorios compartidos; si dependiendo de su asiduidad, necesitamos salas de reuniones individualizadas o salas multifuncionales o versátiles que podamos montar fácilmente por medio de paneles móviles;  etc.

Otro factor muy importante a tener en cuenta es la luz. Lo ideal siempre es tener luz natural que entre por techos o ventanas e ilumine el mayor espacio posible de nuestra oficina, no sólo porque repercute en la salud, sino también en la productividad de nuestro trabajo. Sin embargo, pese a sus probados beneficios, no siempre es posible contar con abundante luz natural, pudiendo haber espacios que precisen de luz artificial. En este sentido es primordial optar por una buena instalación, de calidad, para trabajar con la intensidad adecuada y que no provoque reflejos molestos en las pantallas de los equipos informáticos que pueden ser dañinos para nuestra visión, tras la jornada laboral.

A la hora de escoger nuestro mobiliario es fundamental tener en cuenta la funcionalidad del puesto. Dependiendo de ello, puedes optar por un mobiliario estándar o uno personalizado acorde con las tareas a desempeñar, y en consonancia con la imagen de la empresa. En cualquier caso, para cualquier puesto y función, el mobiliario debe ser ergonómico, que ofrezca comodidad y que sea de calidad, con sillas y mesas que se adapten al usuario. Lo contrario, un mobiliario poco confortable, aumenta los riesgos de contraer dolores en espalda, brazos y cervicales, lo que repercutirá en el bienestar y productividad del trabajador.

Por último, pero no por ello menos importante, debemos dedicar especial atención a la decoración. Esta debe ser sencilla, que no distraiga ni entorpezca la visión o el movimiento entre las diferentes áreas o departamentos. En cuanto a los colores, dependerá de las zonas y lo que queramos transmitir. Los tonos neutros aportan tranquilidad, por lo que son más adecuados para aquellas zonas en las que se precisa concentración, o salas de descanso donde se quiere desconectar. Por el contrario, los tonos cálidos se ajustan mejor a los espacios colaborativos, destinados al trabajo en equipo, donde se requiere dinamismo, actividad y creatividad.

El diseño de oficinas debe cumplir todas estas demandas; en GIO ponemos a tu disposición nuestra experiencia para facilitarte un espacio de trabajo confortable y funcional, en definitiva, el espacio de trabajo perfecto.