Diversas fuentes apuntan cómo tendrá que cambiar el sector de la oficina una vez se haya levantado el confinamiento. Pese a sufrir una gran crisis, el mercado no desaparecerá, pero tendrá que gestionar de otra manera su forma de trabajar y diseñar espacios diferentes a los establecidos hasta ahora. En España, donde el espacio de trabajo por empleado se ha visto reducido en los últimos años, por motivos económicos, a siete metros por persona, el sector se enfrenta a grandes cambios. En este sentido, las empresas tendrán que reorganizar su plantilla y establecer quiénes serán los que teletrabajen, quiénes asistirán físicamente a la oficina, o establecer turnos entre los empleados para organizar ambas modalidades de trabajo. Después de esto, deberán enfrentarse a rediseñar sus espacios de trabajo conforme a lo dispuesto por las autoridades sanitarias, estableciendo la regla de los dos metros como distancia mínima entre trabajadores.

Esta nueva regla a adoptar en el diseño de oficinas, entre otras más que mas adelante veremos, puede suponer un coste añadido a las empresas porque dependen del espacio físico y estructural existente del inmueble, y con los cánones de distribución de su personal, puede que no tengan espacio suficiente para albergar a todos sus trabajadores a la hora de aplicar esta norma. Por ello, la gestión de espacios y formas de trabajo deberán estar plenamente coordinadas.

Con la idea de retomar la vuelta al trabajo siguiendo las recomendaciones oportunas, y asegurar la incorporación de los empleados de forma segura, la consultora Cushman & Wakefield ha puesto en marcha un proyecto piloto que han denominado «6 feet office», basado en las premisas de un diseño de oficinas diferente y las nuevas formas de relación, telemática, derivada de la crisis sanitaria. El proyecto que ha sido iniciado en Holanda y se está empezando a desarrollar en otros países como España, tiene la experiencia adquirida ya por esta consultora, a la hora de retomar su actividad en China.

La idea está pensada primeramente para el sector de las oficinas independientemente de su tamaño. Y es aquí donde la coordinación antes señalada es clave. En principio, el proyecto no contempla que el número de empleados sea un problema, siendo más factible que los condicionantes vengan por la forma de la oficina, tipo de mobiliario y organización del trabajo. Establecer la norma de 2 metros entre un empleado y otro implica separar los puestos de trabajo y este hecho, en un espacio limitado, obligará a reorganizar el trabajo por medio de turnos o teletrabajando, para impedir que un gran número de personas coincidan al mismo tiempo en la oficina.

Por otra parte, el proyecto establece señalizar debidamente el espacio destinado para cada trabajador u ordenar los movimientos del personal de una parte a otra de la oficina. Para ello pueden colocarse un círculo alrededor del puesto de cada trabajador y utilizar flechas que dirijan los flujos de movimientos dentro de la oficina, con la obligación de no sobrepasarlos. Otra solución que se considera es la instalación de pantallas protectoras entre puestos.

De igual forma, habrá que buscar soluciones a la hora de reunirse. No todo el mundo está hecho para el teletrabajo, necesitan el contacto físico con sus compañeros, asistir diariamente a la oficina. Para todos ellos, habrá que buscar soluciones que aseguren el cumplimiento de la distancia mínima.

Aunque el diseño de oficinas ya estaba cambiando y organizando sus espacios hacia formas de trabajo en remoto, lo cierto es que, las circunstancias nos han hecho adaptarnos a marchas forzadas, exponiendo todos sus defectos, pero aprendiendo de ellos para solventarlos en el futuro, de forma que esta nueva organización sea a partir de ahora, el complemento perfecto para la oficina.