Todos hemos presumido alguna vez de tener o consumir un determinado bien o producto que marca en nosotros un estatus o posición social. Este hecho puede también extrapolarse al entorno de la oficina. Hace tiempo, los espacios más amplios y de mayor calidad, estaban ocupados jerárquicamente dentro de la organización de cada corporación. Igualmente ocurría con el diseño y calidad del mobiliario de oficina, estando los escritorios de maderas nobles y las sillas de cuero destinadas a los puestos ejecutivos.

Pero, a raíz de la inserción en las empresas de las nuevas tecnologías, que han provocado una nueva organización del trabajo, la idea anteriormente citada ha quedado anticuada e incluso mal vista. Ahora, el espacio no se distribuye en función del estatus, sino en función del trabajo que cada persona desempeña en un grupo. Mientras que las antiguas oficinas marcaban la diferencia entre los trabajadores, la oficina moderna se organiza de forma que personas de diferentes disciplinas se puedan comunicar mas rápidamente al utilizar variablemente un puesto de trabajo u otro.

Este concepto de igualdad en el entorno de trabajo, que empieza a ser una realidad en la empresas, proviene de las ideas tratadas por Brian Robertson en su libro “Holocracia: El nuevo sistema de gestión para un mundo en rápido cambio”. El él se destaca que, con este sistema de organización, la autoridad y la toma de decisiones se distribuyen de forma horizontal en lugar de ser establecidas por una jerarquía vertical.

En este sentido, el hecho de que el diseño de los espacios de trabajo se organice de forma que fluya la comunicación y se interaccione, que el mobiliario sea más acorde con este nuevo enfoque y que el uso de materiales de color claro en el diseño sea más común, confirma que el diseño de oficinas es clave para llevar adelante estas nuevas ideas.

Os dejamos el enlace a la noticia original de Workplace Insight:

http://workplaceinsight.net/still-display-status-office-design-completely-new-way/