La semana pasada hablábamos sobre la certificación WELL, la cual se enfocaba a conseguir que edificios (sean o no de oficinas), espacios interiores y comunidades cumplan una serie de requisitos orientados a mejorar la calidad del entorno respecto a los usuarios del mismo. Ahora os queremos hablar de la certificación LEED, establecida en el año 2000 por el Consejo de la Construcción Verde de Estados Unidos (U.S. Green Building Council) y que se dirige más hacia la sostenibilidad de los edificios.
Con 14 años de diferencia entre la creación de la certificación LEED (2000) con respecto a la certificación WELL (2014), es lógico que esta primera esté mucho más integrada en construcciones a lo largo de todos los continentes, con más de 92.000 certificaciones realizadas.
El sistema LEED de certificación, al igual que el sistema WELL, se basa en una serie de apartados que suman un total de 110 puntos. Estos apartados se dividen a su vez en diferentes aspectos que el edificio debe cumplir para sumar la totalidad de puntos y obtener el máximo de puntuación posible para optar a una de estas clasificaciones:
- Certificado: 40-49 puntos.
- Plata: 50-59 puntos.
- Oro: 60-79 puntos.
- Platino: a partir de 80 puntos.
Los apartados a cumplir para conseguir estas puntuaciones son estos:
- Ubicación y transporte – 16 puntos: se tiene en cuenta la ubicación del edificio y la facilidad de acceso al mismo mediante transporte público. También se tienen en cuenta las condiciones de habitabilidad y opciones para el fomento de la actividad física de los usuarios.
- Sitios sostenibles – 10 puntos: se concentra en la capacidad del edificio de lograr la rehabilitación de la zona donde se ubica y restauración de su hábitat, otorgando las mayores puntuaciones a proyectos que se integren en terrenos abandonados o subdesarrollados.
- Agua – 10 puntos: este apartado premia el uso eficiente del agua, tanto en el uso de sanitarios de bajo consumo, reducción del riego de zonas verdes y reutilización del agua de lluvia para estas tareas.
- Energía y ambiente – 35 puntos: premia el uso eficiente de la energía, premiando aquellos edificios que utilizan luz natural y cuya construcción permite una climatización más eficiente.
- Materiales y recursos – 14 puntos: teniéndose en cuenta los materiales empleados para la construcción, premiándose aquellos que sean de la propia zona de edificación y en mayor o menor medida reciclados y renovables.
- Ambiente interior – 15 puntos: este apartado tiene en cuenta el confort del edificio en cuanto a ventilación, temperatura, iluminación y ruido.
- Innovación en el diseño – 6 puntos: aquí se premia a aquellas soluciones que aporten aún más sostenibilidad al proyecto.
- Prioridad regional – 4 puntos: se premia a edificios cuya construcción y consumo de materias se realice con productos de la región.
Las certificaciones WELL y LEED son compatibles, es más, lo ideal es realizar ambas certificaciones, una orientada al bienestar del usuario y la otra orientada a la sostenibilidad del edificio, de esta forma nos aseguramos que nuestras instalaciones causan el menor impacto posible en nuestro entorno y que nuestro personal disfruta de unas instalaciones pensadas para mejorar su bienestar.
Fotografía del Centro Empresarial Leuro de Lima, Perú, certificado LEED Platino en 2015