Ya sea en casa o en la oficina, lo cierto es que pasamos la mayoría de nuestro tiempo en espacios interiores cerrados que, a veces, están más contaminados que el exterior. Muchas de estas partículas contaminantes que proceden del exterior pueden filtrarse al interior por medio de las ventanas u otros resquicios. Por otra parte, en estos momentos y debido al COVID-19 disfrutar de una buena calidad del aire que respiramos es crucial y, son muchos los condicionantes que pueden complicar que la ventilación sea adecuada: la falta de ventanas o la imposibilidad de abrirlas en algunos edificios, o la simple llegada del invierno pueden ser algunas de ellas.

Actualmente, los sistemas de ventilación y filtrado son cada vez más efectivos, pero existen muchas sustancias que pueden dañar nuestra salud, provocando cansancio, sequedad o enfermedades pulmonares, por lo que es fundamental asegurar una buena calidad del aire en el interior de los espacios de trabajo.

Para ello, la mejor opción siempre será una ventilación natural manteniendo las ventanas abiertas a primera hora de la mañana, que es cuando el aire está menos contaminado. Bastará con diez minutos. En el caso de los edificios inteligentes cuyas ventanas suelen estar clausuradas, estos cuentan con unos sistemas correctos de ventilación, purificación y filtrado del aire de forma automática que utilizan filtros de alta eficiencia.

El uso de determinados productos de limpieza o tapicerías sintéticas, pueden irritar la piel y las mucosas, por lo que es importante que estos sean naturales o respetuosos con el medio ambiente.

De igual forma, actualmente existen en el mercado pinturas para paredes que eliminan el 95 % de los contaminantes y purifican el aire de forma pasiva, sin aparatos ni filtros.

Por otra parte, integrar entre el mobiliario determinadas plantas como el ficus benjamina o el poto, no sólo mejorará la decoración sino que favorecerá la calidad del aire.

En cuanto al mobiliario, la utilización de fibras naturales y materiales como la madera, contribuyen a controlar la humedad a la vez que crean ambientes más cálidos en invierno y mas frescos en verano. Para mantener estas zonas libres de ácaros y polvo, una buena aspiración a la hora de su limpieza evitará su acumulación.

Todas estas medidas, deben ir acompañadas de un comportamiento responsable y eficiente por parte de todos nosotros, de forma que contribuya a mejorar las condiciones medioambientales de nuestros lugares de trabajo.