La 60 edición del salón del mueble de Milán, se reanudó la semana pasada tras el parón de la pandemia. Durante los seis días de celebración, del 7 al 12 de junio, ha sido visitado por más de 262.000 personas de 173 países diferentes. Un éxito que demuestra las ganas de volver a la normalidad.

Sostenibilidad ha sido la palabra clave de esta edición. Siguiendo los objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la ONU, el salón ha sido el escenario para dar soluciones sostenibles que contribuyan a la protección del medioambiente y al uso más eficiente de los recursos. A ésta, le siguen otras como ahorro de energía, reciclaje y la no menos importante, responsabilidad social.

Y aunque estos objetivos se ven lejanos aún, ya se ven como una necesidad primordial y real, donde la economía circular y la reutilización son los grandes activos para generar nuevos productos. En este sentido, en esta edición se ha tenido especial cuidado por el respeto por el medio ambiente utilizando materiales de bajo impacto, reciclables y reutilizables.

Dentro de esas premisas, los lugares de trabajo se postulan como espacios fluidos, con mucha luz natural y sobre todo espacios híbridos, donde se priman los lugares de encuentro y de relación.

También se postulan como indispensables el mobiliario modular, flexible, ligero y fácilmente transportable, y las mamparas divisorias a media altura, que dejan pasar la luz natural pero permiten a la vez privacidad sin estar totalmente aislado.

Siguiendo las recomendaciones de diferentes estudios psicológicos, el color toma de nuevo el protagonismo, para infundir tranquilidad y armonía a través de los tonos pastel y generar con la decoración un espacio de trabajo donde prima el bienestar laboral.

Así, se destaca también en esta edición de workshop 3.0, la inclusión de la economía circular y producción sostenible para un mayor bienestar de los trabajadores.

Todo ello para reconectar con la gente y con los espacios, volver a lo anterior pero acompañados de tecnologías que ya no nos van abandonar y que hacen que los espacios y los objetos se vuelvan híbridos en forma y función. Todo ello por medio de mobiliario flexible para facilitar y crear miles de posibilidades de trabajo hibrido. Todo ello para dar vida y generar ideas de futuro.

Fotografía: Ludovica Mangini