El mundo laboral está cambiando a pasos agigantados. La pandemia de COVID-19 aceleró la transición hacia el trabajo remoto, el teletrabajo y el home office. Y un gran número de profesionales optaron por trabajar desde casa, aprovechando las ventajas de la flexibilidad, la autonomía y el ahorro de tiempo y dinero.

Sin embargo, el trabajo en casa está de capa caída. Además de los problemas inherentes a este tipo de trabajo: la falta de interacción social, la dificultad para separar la vida personal y profesional, y la necesidad de contar con un espacio adecuado y equipado para desarrollar las tareas; los empresarios se posicionan cada vez más en contra de estos trabajadores, suponiendo incluso un detrimento en los incrementos de salario y en las posibilidades de ascender de puesto. Además, para muchos empresarios que se ven en la necesidad de despedir a trabajadores, el hecho de ser tele-trabajador resta puntos a la hora de conservar el empleo.

Por eso, muchos empresarios y profesionales buscan alternativas que les permitan combinar lo mejor de ambos mundos. Una de ellas es el coworking, es decir, el uso compartido de espacios de trabajo con otros profesionales de diferentes sectores y disciplinas. El coworking ofrece la posibilidad de acceder a un entorno profesional, colaborativo y creativo, donde se pueden establecer contactos, generar sinergias y aprender de otros.

El coworking no es una moda pasajera, sino una tendencia que va en aumento. Según un estudio de la consultora Emergent Research, se estima que en 2024 habrá más de 6 millones de usuarios de espacios de coworking en el mundo, frente a los 2,2 millones que había en 2019.

El auge del coworking plantea nuevos retos y oportunidades para las empresas como la nuestra que nos dedicamos a la distribución de mobiliario de oficina. Por un lado, debemos adaptarse a las necesidades y preferencias de los usuarios de estos espacios, que buscan comodidad, funcionalidad y diseño. Por otro lado, debemos ofrecer soluciones que ayuden a las empresas que tienen instalaciones propias a optimizar sus recursos y a facilitar el trabajo híbrido de sus empleados.

Algunas de las tendencias que se observan en el mercado del mobiliario de oficina son las siguientes:

  • La personalización: los usuarios de coworking quieren sentirse como en casa, por lo que demandan muebles que se adapten a sus gustos, necesidades y estilos de trabajo. En GIO somos muy conscientes de esta necesidad y ofrecemos multitud de opciones de personalización, como la elección de colores, materiales, formas y tamaños.
  • La modularidad: los espacios de coworking deben ser flexibles y versátiles, capaces de albergar diferentes actividades y eventos. Los muebles modulares, que se pueden ensamblar, desmontar y reconfigurar fácilmente, son una solución ideal para crear ambientes dinámicos y multifuncionales.
  • La sostenibilidad: la conciencia ecológica y social es cada vez mayor entre los usuarios de coworking, que valoran el uso de materiales reciclados, reciclables y biodegradables, así como el respeto por el medio ambiente y las condiciones laborales de los proveedores. Debemos apostar por productos que cumplan con estos criterios y que contribuyan a reducir la huella ecológica de los espacios de trabajo.
  • La tecnología: la digitalización y la conectividad son imprescindibles para el trabajo remoto y el teletrabajo. Los espacios de coworking deben contar con una infraestructura tecnológica que garantice el acceso a internet, la seguridad de los datos y la compatibilidad con los dispositivos de los usuarios. Los muebles deben incorporar elementos que faciliten la conexión, la carga y el uso de los equipos, como enchufes, puertos USB, soportes y pantallas.

Estas son algunas de las claves que marcarán el futuro de las oficinas, un futuro que se presenta como una oportunidad para adaptarnos a las nuevas demandas y expectativas de los clientes en cuanto al mobiliario de oficina necesario para equipar estos nuevos espacios de trabajo.