A raíz de la pandemia, la contratación de espacios para oficinas el año pasado cayó entre un 48% y un 60%  con respecto al anterior,  provocando que la media de los últimos cinco años, haya disminuido entre un 35% y 52% menos. Sin embargo, el sector es optimista, y apunta un crecimiento en torno al 15 % a lo largo de este año, para llegar en 2022 a niveles anteriores. La solidez del mercado en ciudades como Madrid y Barcelona implica que éste, ya está evolucionando para dar respuesta a las nuevas necesidades de las empresas y sus trabajadores.

Justo hace un año qué empezó el Estado de alarma y muchos nos vimos obligados al teletrabajo, sin apenas darnos tiempo a organizar ni nuestro tiempo ni nuestro espacio. Esto ha permitido ver rápidamente las ventajas y desventajas del trabajo en remoto. En un principio, la flexibilidad de horarios, la desaparición de los tiempos de desplazamiento y poder trabajar desde casa se vio como una gran ventaja pero, la situación de confinamiento sufrida, pronto dejó ver y agravó otros aspectos como la pérdida de complicidad con el equipo, la dificultad para separar la vida laboral de la personal, la falta de adecuación de espacios para desarrollar la actividad profesional, etc. Todo ello ha ocasionado que, en esta tesitura de trabajo en remoto, los espacios de oficina estén redefiniéndose.

En este sentido, y siguiendo los resultados de una encuesta de Brightspot strategy, que afirman que el 90 por ciento de los encuestados quiere volver a la oficina al menos una vez a la semana, y un 20 % quiere volver los cinco días, queda claro que el papel de la oficina es fundamental y que esta nunca desaparecerá. Esta premisa viene dada porque los encuestados afirman necesitar volver a la oficina para retomar las sinergias y colaboraciones con el equipo, aumentar la creatividad y separar la vida profesional y personal. Para ello, deberán adoptarse nuevos espacios, una nueva organización y nuevas soluciones que se adapten a nuestras necesidades, adaptando los espacios de trabajo a la sociedad y no al contrario.

En este sentido, es ya un hecho que los espacios de oficina se han adaptado para una menor densidad de puestos de trabajo, con espacios más colaborativos, orientados a la flexibilidad, la sostenibilidad y el bienestar. Debido a esto, muchas empresas ya no necesitan contratar la misma superficie. Por otra parte, muchas de ellas en vez de mantener una sede única y centralizada están optando por centros satélites más cercanos a los domicilios de los trabajadores, adoptando la estrategia Hub and Spoke.

Sin embargo, pese a que los resultados de la encuesta afirman la necesidad de una vuelta al lugar del trabajo de forma presencial, no todos los trabajadores quieren volver a la situación de presencialidad anterior. En este sentido la oficina se deberá redefinir a gusto de todos, y todo ello apunta a un modelo híbrido o mixto, en el que lo que primará será la flexibilidad, el bienestar, la complicidad con empresa y trabajadores para sumar experiencias y sinergias, todo ello, desempeñado en espacios muy variados, desde los que poder trabajar para dar lugar a la «nueva oficina».

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