Desde hace tiempo los límites en el diseño de los espacios de trabajo entre la oficina y casa están cada vez más difuminados. Más aún teniendo en cuenta que, durante este año, se han tenido que adaptar ambos espacios para intentar tener una cierta normalidad laboral. Pero el trabajo en remoto que se suponía temporal se está prolongando y, aunque muchas empresas han comenzado ya el trabajo presencial limitado, se prevé un periodo de transición en el que a lo largo de los días de la semana se trabaje unas jornadas de forma presencial y otras en remoto. Teniendo esto en cuenta, y tras varios meses de prueba, los diseños de los lugares de trabajo para ambos casos, deben incorporar los elementos necesarios acordes a las funciones laborales.
En el caso de trabajar desde casa, no puede mantenerse el adaptar un espacio y mobiliario diseñado para vivir y no para trabajar. En este sentido, es primordial crear un espacio que sea práctico, acorde a los nuevos hábitos, que mantenga a los trabajadores comprometidos y motivados, evitando así el sentimiento de abandono que sienten muchos. Es evidente, que no todos contamos con un espacio en nuestras viviendas que pueda ser adaptado única y exclusivamente como oficina, sin embargo, siempre podemos seguir unas pautas para que nuestro espacio de trabajo siga siendo cómodo y eficiente.
Así, junto a las necesidades ergonómicas de una mesa y silla con la altura adecuada, deberemos tener a nuestra disposición todos los materiales o herramientas necesarias para el desempeño de nuestras funciones, como teclado, monitores, etc. Unidas a éstas, no hay que olvidarse de las necesidades emocionales, que ayudarán a equilibrar el sentimiento de bienestar en ambos espacios. Para ello, deberemos optar por una buena iluminación, a ser posible natural, contar con un espacio de almacenamiento de acceso cómodo, e incluso fotos personales o una decoración que invite a la creatividad. Por último, para evitar las distracciones, principal inconveniente en el que residen la mayoría de las quejas, intentaremos instalarnos en espacios alejados del ruido ambiental interior y exterior de la vivienda.
En cuanto a la organización del trabajo presencial en la oficina, las empresas están adaptando sus diseños de acuerdo con el número de trabajadores que están trabajando presencialmente a la vez y las funciones que estos tienen que realizar. En este sentido, muchas oficinas han convertido los escritorios asignados de forma personal en puestos flexibles, siendo ahora utilizados por varios empleados en diferentes horarios. Otro punto a tener en cuenta es un diseño biofílico. El confinamiento ha traído consigo una necesidad de estar en contacto con la naturaleza y el aire libre. Para ello, muchas oficinas han adaptado terrazas, azoteas y patios como vía de escape, esparcimiento o descanso. En el caso de que esto no sea posible, siempre podemos incluir en la decoración plantas de interior o motivos que de alguna forma nos permitan integrar la naturaleza en el interior.
Aún con todas estas modificaciones puede haber trabajadores que sean reacios a trabajar conjuntamente con sus compañeros. Para ello podemos adaptar espacios y rincones privados para un solo ocupante. Por otra parte, las delimitaciones y barreras necesarias para mantener la distancia social y el sentido de los flujos de movimiento en el interior de la oficina, puede crear ansiedad. Para ello, un diseño intuitivo con mobiliario flexible o mesas grandes en grandes áreas donde poder esparcirse, entre otras cosas, limita el acercamiento sin dejar de ser cómodo y seguro.
Pese a que no sabemos a ciencia cierta cómo será el futuro, lo cierto es que por medio de un buen diseño, podemos conseguir que nos sintamos en casa como en la oficina y en la oficina como en casa. Por ello, seguiremos adaptándonos para que trabajemos donde trabajemos, lo hagamos en un espacio cómodo pero funcional.
Te dejamos aquí el enlace a la noticia: https://www.workdesign.com/2020/09/cohesive-design-to-transition-between-the-home-office-and-workplace/