Continuando con los consejos a la hora de realizar la reforma de la oficina, no podemos olvidarnos de un aspecto fundamental: el aislamiento. Un buen aislamiento permitirá reducir el ruido, el calor y el frío que afectan al ambiente de trabajo, y ahorrar en energía y en costes. Además, contribuirá a cuidar el medio ambiente y a cumplir con la normativa vigente. Aquí explicamos los distintos tipos de aislamientos que existen y cómo aplicarlos en la oficina:

Aislamientos acústicos

El aislamiento acústico es el conjunto de materiales y sistemas que impiden o atenúan la transmisión del sonido entre dos espacios. El objetivo es evitar la contaminación acústica y mejorar la calidad sonora del ambiente de trabajo. Según el tipo de sonido que se quiera aislar, se pueden distinguir dos tipos de aislamientos acústicos:

  • Aislamiento acústico aéreo: se trata de evitar que el sonido que se produce en el aire, como las voces, la música o el tráfico, se transmita a través de las paredes, los techos o los suelos. Para ello, se utilizan materiales que tienen una alta resistencia al paso del sonido, como la lana mineral, la lana de roca, la fibra de vidrio o el poliuretano. Estos materiales se colocan en forma de paneles, placas o rollos entre los elementos constructivos, creando una cámara de aire que actúa como barrera acústica. Los separadores y biombos para los puestos de trabajo son también un buen sistema de aislamiento acústico, especialmente para zonas abiertas en las que otros métodos no pueden emplearse.
  • Aislamiento acústico por impacto: se trata de evitar que el sonido que se produce por el contacto directo con una superficie, como los pasos, los golpes o las caídas de objetos, se transmita a través de la estructura del edificio. Para ello, se utilizan materiales que tienen una baja transmisión del sonido, como el corcho, la goma o el caucho. Estos materiales se colocan en forma de láminas o baldosas sobre las superficies duras, creando una capa amortiguadora que absorbe las vibraciones.

Aislamientos climáticos

El aislamiento climático es el conjunto de materiales y sistemas que impiden o atenúan la transmisión del calor o del frío entre dos espacios. El objetivo es mantener una temperatura adecuada en el interior de la oficina y evitar las pérdidas o ganancias de energía. Según el tipo de temperatura que se quiera aislar, se pueden distinguir dos tipos de aislamientos climáticos:

  • Aislamiento térmico: se trata de evitar que el calor o el frío que se produce en el exterior se transmita al interior de la oficina, o viceversa. Para ello, se utilizan materiales que tienen una baja conductividad térmica, es decir, que no permiten el paso fácil del calor o del frío. Algunos ejemplos son el poliestireno expandido, el poliestireno extruido, la espuma fenólica o el poliuretano proyectado. Estos materiales se colocan en forma de paneles, placas o espumas sobre las fachadas, los techos o los suelos, creando una envolvente térmica que protege la oficina.
  • Aislamiento hidrófugo: se trata de evitar que la humedad o el agua que se produce en el exterior o en el interior se transmita a través de las paredes, los techos o los suelos. Para ello, se utilizan materiales que tienen una alta impermeabilidad, es decir, que no permiten el paso del agua o del vapor. Algunos ejemplos son las láminas asfálticas, las membranas sintéticas, las pinturas impermeabilizantes o los revestimientos cerámicos. Estos materiales se colocan en forma de láminas, membranas o capas sobre las superficies expuestas al agua o al vapor, creando una barrera hidrófuga que evita las filtraciones y las condensaciones.

A la hora de elegir y aplicar los aislamientos en la oficina, es importante tener en cuenta algunos consejos que ayudarán a obtener los mejores resultados:

  • Realizar un estudio previo del estado de la oficina, analizando los niveles de ruido, de temperatura y de humedad que hay en cada espacio, y las fuentes que los generan. Así se podrán identificar las zonas más críticas y las soluciones más adecuadas para cada caso.
  • Cumplir con la normativa vigente en materia de aislamiento acústico y térmico, que establece unos requisitos mínimos que deben cumplir los edificios para garantizar el confort y la salud de las personas que los ocupan. Hay que consultas la legislación aplicable en cada comunidad autónoma o municipio, y solicitar los permisos necesarios para realizar la reforma.
  • Combinar los distintos tipos de aislamientos según las características de su oficina, buscando el equilibrio entre el aislamiento acústico y el térmico, y entre el aislamiento aéreo y el por impacto. No todos los materiales sirven para todo, por lo que es conveniente usar los más adecuados para cada situación.

Gracias a una buena planificación de este y de otros aspectos de la oficina, como la iluminación, la ventilación, la distribución o la decoración, podremos crear un espacio más funcional, moderno y confortable, que potencie la productividad, la creatividad y el bienestar de los trabajadores.