De un tiempo a esta parte las oficinas basadas en el diseño de planta abierta, de espacios abiertos, están siendo demonizados por determinados actores del sector del diseño y decoración de interiores, enfocados a oficinas. Si bien es cierto que hay muchos problemas a la hora de implantar este sistema en determinados entornos laborales, estos problemas vienen dados por la naturaleza del negocio en sí o su organización interna, más que por las características propias del diseño de espacio abierto.

La idea de que el diseño puede contribuir en gran medida al éxito o mejora de un negocio se ha vendido de una manera errónea. Desde los equipos de propaganda y mercadotecnia de empresas y de revistas del sector, se hace hincapié en mostrar ejemplos de empresas punteras con diseños espectaculares de sus oficinas, pero fijándose sólo en los elementos que destacan sin tener en cuenta el resto de elementos más tradicionales que los rodean. Un ejemplo es la referencia, muy apropiada, a las mesas de ping pong, las cuales fueron un elemento casi imprescindible en las start ups tecnológicas de estos últimos años, como si el tener la mesa de ping pong significase que los empleados iban a estar súper motivados y entregados a su trabajo. Con relación a esto, incluso la revista Vanity Fair, dijo en un artículo que la caída de ventas de mesas de ping pong en California era debido a que a las empresas tecnológicas ya no les iba tan bien como antes.

Los verdaderos promotores del diseño en la oficina han sido las empresas del sector de Tecnología, Medios y Telecomunicaciones. Estas empresas están formadas por empleados y directivos jóvenes y creativos en la mayoría de los casos, lo que ha propiciado que la manera en la que se desenvuelven y trabajan sea diferente a lo tradicional. Son personas que han nacido en la era digital y tienen una forma diferente de trabajar y comunicarse con compañeros y con los equipos de dirección. Esto provoca que los espacios de trabajo hayan evolucionado hacia sus necesidades. El problema viene cuando empresas de otros sectores y menos dinámicas o creativas tratan de emular este tipo de diseño, que choca con empleados, equipos directivos e incluso con sus propios clientes y proveedores, lo cual resulta contraproducente al final.

Así, por mucho que se nos diga en los medios, que el diseño en la oficina, ya sea de espacio abierto o cualquier otro tipo, es maravilloso o todo lo contrario, lo importante es aplicar las directrices del diseño a las necesidades y características de la empresa en cuestión, para obtener lo mejor de cada estilo y aplicarlo de forma coherente y efectiva, obteniendo de este modo los beneficios derivados de ese tipo de diseño.

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https://workplaceinsight.net/beware-great-apex-fallacy-workplace-design/