El término workspitality nace de “workplace” + “hospitality” y se populariza a partir de 2018, cuando el coworking premium y muchos hoteles abren sus lobbies al trabajo flexible. La idea es sencilla: llevar la hospitalidad al entorno laboral para que el tiempo presencial merezca la pena.

¿Cómo se ve en una reforma?

Empieza por la experiencia del empleado: una llegada cálida y clara, áreas versátiles para colaborar, cabinas y salas pequeñas para concentrarse, reuniones que arrancan con un clic y una cafetería con buen café que actúa como punto de encuentro. Los materiales y el mobiliario acompañan con ergonomía, modularidad y calidez; la iluminación y la acústica reducen el estrés, y la biofilia aporta bienestar. La tecnología está, pero no se nota: reservas simples, ocupación en tiempo real, Wi‑Fi robusto y seguridad sin fricciones. Como en un buen hotel, alguien actúa de anfitrión y cuida los detalles del día a día.

¿Para qué sirve?

Para las personas, significa más confort, menos fricciones y mejor rendimiento, además de vínculos más fuertes con la cultura de la empresa. Para el negocio, implica atraer y retener talento, usar mejor los metros cuadrados con datos reales, mejorar la imagen ante clientes y operar con menos incidencias y tiempos muertos.

Si vas a reformar, escucha primero, prototipa una zona y mide lo esencial (satisfacción, uso de espacios, tiempo para iniciar reuniones). Luego ajusta. No se trata de decorar, sino de diseñar un lugar vivo que invite a hacer el mejor trabajo posible. Eso es workspitality.