Es algo que ya se viene diciendo desde hace mucho y ayer mismo varios medios nacionales se hacían eco de un estudio que vuelve a sacar a la luz los beneficios físicos y mentales que supone el diseño de una oficina abierta.
El estudio se llevó a cabo por investigadores del Institute on Place, Wellbeing, and Performance de la Universidad de Arizona y ha sido publicado hace unos días en el diario Occupational and Environmental Medicine del British Medicine Journal (BMJ).
Para la realización del estudio, que es meramente observacional, se utilizaron monitores cardíacos y de actividad física en 231 empleados públicos del gobierno estadounidense durante 3 días de trabajo y 2 noches. Estos empleados cumplen su función en los tres distintos entornos de oficina más comunes, es decir, en despachos individuales, en áreas abiertas distribuidas en cubículos y en el modelo de oficina abierta sin separaciones entre los puestos de trabajo.
El resultado del estudio demostró que los empleados que trabajan en oficinas abiertas tienen un 20% más de actividad física que los que trabajan en cubículos y un 32% más que los que trabajan en despacho. Además, el nivel de estrés también es menor en los trabajadores de oficinas sin separaciones.
El estudio, al ser sólo observacional no profundiza en la causa real de ese aumento de actividad física y reducción del estrés, pero no deja de ser un punto más a favor de este modelo de oficina que ya viene siendo el modelo habitual en nuevas instalaciones, y que cada vez más empresas están adaptando para mejorar el rendimiento y satisfacción de los empleados.
Os dejamos aquí en enlace a la noticia original en el BMJ:
https://oem.bmj.com/content/early/2018/07/27/oemed-2018-105077