Sin entrar en detalles sobre los orígenes de la fiesta de Halloween, que se celebra hoy día 31 de octubre, víspera del día de todos los santos, nos vamos a centrar en lo que hay que saber si en tu centro de trabajo se quieren unir a la costumbre cada vez más extendida de traer a nuestra oficina el espíritu de esta celebración, mediante la decoración, los disfraces y diferentes actividades lúdicas para disfrute de los trabajadores.

Lo primero que hay que tener en cuenta es que estamos hablando de una tradición relativamente nueva en nuestro país, ya que en España se ha celebrado siempre el día de todos los santos no como una celebración o fiesta en si, sino como un día para recordar a nuestros seres queridos, ya fallecidos, y guardarles respeto y duelo en cierta medida.

La víspera del día de todos los santos se suelen celebrar actos religiosos en honor a los difuntos y en muy pocas ocasiones o lugares es objeto de ningún tipo de celebración.

Pero con la llegada del Halloween de las películas, esto cambió hace unos años. De repente a la juventud le dio por disfrazarse y salir a la calle, no tanto a pedir las tan apreciadas golosinas de casa en casa como en las películas, pero si en colegios y guarderías, donde se fue adoptando la costumbre de disfrazarse y llevar golosinas para compartir con los compañeros.

Luego pasó a los jóvenes, que salen a divertirse a bares, discotecas y demás centros de ocio nocturno, disfrazados de vampiros, monstruos y cualquier cosa que esté ligeramente relacionado con el miedo y el susto.

Y finalmente, como toda tradición que se merece, llegó al ámbito profesional, y son muchos los negocios que decoran sus establecimientos para estas fechas, en gran medida para atraer a clientes en este día de gran consumo.

¿Y qué pasa en la oficina? Pues no mucho, la verdad. Si bien es cierto que en algunas oficinas, sobre todo aquellas de origen angloparlante (o cuya empresa matriz sea americana, canadiense, escocesa o inglesa), se celebran eventos de Halloween, con los empleados disfrazados y una fiesta al final de la jornada, pero lo cierto es que es un pequeño porcentaje.

Para el resto de las oficinas, es un día normal.

Pero cierto es que la tendencia va al alza, y cada vez son más los que encuentran en el día de Halloween un motivo para ofrecer a los empleados un poco de relajación y desconexión de la rutina diaria.

Si este es nuestro caso, hay que tener en cuenta varios factores para que la idea de que este día sea una celebración y que los empleados de nuestra oficina disfruten al máximo, no resulte contraproducente:

  1. La media de edad de los trabajadores: como hemos comentado, es una «tradición» nueva para muchos, y si la media de edad de los trabajadores de nuestra oficina es alta, es muy probable que no les haga gracia la idea. Al fin y al cabo, han vivido más tiempo sin esta nueva costumbre que con ella y quizá tengan arraigadas las costumbres más tradicionales del duelo y el luto.
  2. Motivación: es muy importante analizar la motivación de los empleados para la celebración de Halloween, ya sea hablando con ellos en persona o mediante consultas o encuestas. Si no hay predisposición a celebrar, no hay que obligar a nadie y si el porcentaje de síes no supera ampliamente al de noes, es mejor no celebrar.
  3. Participación: como ya hemos dicho, no podemos forzar a nadie a participar de la celebración, pero para aquellos que estén motivados, es muy importante animarles a participar de la decoración, la planificación, etc. El crear un «comité de festejos» que se encargue de todo esto no es mala idea y nos ayudará a darle ese valor añadido, del cual hablamos ahora, fomentando el compañerismo y la colaboración.
  4. El valor añadido: el hecho de celebrar Halloween por el sólo hecho de festejar, si bien no deja de ser un respiro para el trabajador, no aporta nada a la empresa, y hay que saber sacar partido de estas celebraciones: concursos de disfraces, degustación de dulces caseros, regalos por parte de la empresa, concurso de decoración del puesto de trabajo… son sólo algunos ejemplos de actividades que podemos llevar acabo para fomentar el compañerismo, la sana competitividad y la creatividad.
  5. Mucha diversión: al fin y al cabo, es una celebración, y aunque no se trata de contratar animadores, o un DJ para amenizar, o cosas de este estilo, lo es importante hacer que sea lo más divertida posible, con actos que pueden estar organizados por los propios empleados: un improvisado túnel del terror, proyección de películas o cortos de terror, los ya mencionados concursos, etc. Al fin y al cabo, ¿Qué es una celebración sin diversión?

Y eso es todo, lo importante es que el ambiente de la oficina sea, por un día, un poco más relajado y que el peesonal interactúe y se divierta. Así pues, si en vuestra oficina se han dado las condiciones necesarias y hoy estáis celebrando Halloween, esperamos que lo disfrutéis, que lo celebréis con moderación y que obtengáis pocos trucos y muchos tratos.

¡Feliz Halloween!