No todas las empresas pueden o quieren disponer de todo un edificio, plantas enteras o de un amplio local donde instalar sus oficinas. De hecho, son muchas las empresas, pymes y autónomos quienes debido al alto precio de los inmuebles en el centro de las ciudades o por el menor número de trabajadores, no necesitan tanto espacio y optan por locales más pequeños en los que atender su negocio.
Aparentemente podría parecer que una oficina pequeña no puede contar con todas las necesidades para que sea operativa. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Una oficina pequeña puede ser totalmente funcional, eficiente y acorde con la imagen de marca que se quiere transmitir.
Para ello, hoy os daremos una serie de recomendaciones para que podáis sacar el máximo partido al espacio de vuestra pequeña oficina, y podáis optimizarla de la forma más eficiente y personalizarla también a nivel estético.
En primer lugar se ha de elegir el mobiliario adecuado, de un tamaño acorde al espacio disponible. Se ha de tener en cuenta que los puestos operativos precisan como mínimo de una mesa y una silla, siendo estas dos piezas del mobiliario las que más espacio ocupan; de ello dependerá el espacio libre que dejen para instalar una pequeña cajonera o estantería. En este sentido, se ha de elegir un tamaño que permita trabajar con comodidad, donde quepan todos las herramientas necesarias e imprescindibles para trabajar. Solventada la cuestión del tamaño, el estilo es otro factor a tener en cuenta. Independientemente del que se quiera escoger, el mobiliario debe ser siempre ergonómico, para evitar problemas de salud posturales tras la jornada laboral.
Una buena iluminación lo es todo, y en este caso es fundamental para dar amplitud a un espacio pequeño. Siempre es preferible la luz natural, pero si esto no es posible o se cuenta con pocos vanos, siempre se puede utilizar una buena luz artificial. Para que la luz natural llegue a la mayor parte de la oficina, si hay que dividir espacios, es mejor utiliza divisorias y mamparas con cristales que dejen pasar la luz.
El uso de colores claros, ya sean en tonalidades cremas o pastel en techos y paredes, harán que el espacio se vea más amplio. En ambos casos, el blanco es el color que más se acomoda en este sentido y da luminosidad y unidad cromática. Se pueden crear diferentes efectos y sensaciones pintando una de las paredes en un tono oscuro para dar profundidad o, en el caso del techo, utilizar molduras para crear una sensación de mayor altura.
En una oficina pequeña, menos es más. Sin darle a nuestra oficina un estilo minimalista, si no es del todo de nuestro gusto, lo cierto es que conviene no recargar el espacio con demasiados muebles, elementos ornamentales o paredes con demasiado colorido. Este hecho junto con la utilización de objetos grandes en muebles o decoración, hará que la oficina se vea aún más pequeña y sobrecargada.
Diseñar bien el uso del espacio es esencial para optimizarlo. Se puede sacar mucho partido a cualquier rincón, esquina, techo o pared con un mobiliario que lo haga más funcional. En cuanto a la decoración, debe ser acorde a la imagen o los valores que se quieran transmitir para crear una buena impresión.
Hoy en día, las oficinas pequeñas, son cada vez más habituales, sin embargo, esto no implica que no se pueda optimizar al máximo para crear un lugar de trabajo cómodo, eficiente, productivo y también saludable.