A lo largo de este primer mes de 2020, es habitual encontrarse en los medios, noticias relativas a cómo va a ser el mobiliario, decoración, diseño y gestión de los lugares de trabajo; no es este tema baladí, teniendo en cuenta ademas, que un buen diseño de oficina orientado a los gustos y necesidades de los trabajadores, puede ser capaz o no de atraer y retener talento. Así, atendiendo a cada punto de vista, podemos establecer las siguientes tendencias.
Con relación a la decoración e interiorismo, este año se prevé el uso del Classic Blue como color, que reemplaza al Coral del año pasado. Por otra parte, y atendiendo a las corrientes que introducen la filosofía biofilica dentro del diseño, se prevé la introducción y conexión de la naturaleza en la oficina, incorporando elementos naturales como la madera y colores neutros. Pero como no solo se trata de introducir unas plantas en la oficina, o decorar con motivos florales, esta tendencia derivará en desarrollar edificaciones que interior o exteriormente, sean más responsables con el medio ambiente.
Con respecto al mobiliario, muy relacionado con las nuevas formas de trabajar de las que hablaremos más adelante, la tendencia es la ergonomía para un mayor bienestar que maximice el tiempo desempeñado y, un diseño, que facilite el trabajo conjunto para crear sinergias e interacciones.
De la mano de las nuevas tecnologías, las oficinas están cambiando su gestión y también su organización del espacio. Ahora mismo, ya no es necesario estar físicamente en la oficina para trabajar. Nuevas aplicaciones de comunicación, el acceso a los datos por medio de la nube o la posibilidad de mantener videoconferencias hacen posible otras nuevas formas de trabajar, como el teletrabajo, sin la necesidad de acudir diariamente al lugar de trabajo, lo que derivará en diseñar el espacio de otra forma. En este sentido, es fundamental que la oficina se adapte a las necesidades que tiene cada puesto de trabajo. Las oficinas están evolucionando hacia espacios de trabajo multifuncionales y colaborativos, evitando los puestos fijos y los despachos cerrados, pero facilitando espacios para cuando se necesita una mayor concentración o privacidad u otros espacios diferenciados según su utilidad.
Por otra parte, las nuevas generaciones son más dinámicas, y en vez de trabajar en el mismo sitio durante toda la jornada laboral, optan por la movilidad, prefiriendo trabajar en distintos espacios, empresas, ciudades o países si la oferta laboral se ajusta a sus prerrogativas que, no siempre son económicas. Así la oficina multigeneracional deberá renovarse y modernizarse, sin dejar de lado a las generaciones más antiguas, pero teniendo en cuenta que las nuevas, demandan flexibilidad, promoción, conectividad, conciliación de la vida laboral y profesional, etc.
En definitiva, las tendencias apuntan a que la oficina debe ser funcional, acogedora y sobre todo, sostenible, de acuerdo con lo que se demanda en estos momentos.