Según afirma la ONU, para 2050 el 66% de la población mundial vivirá en áreas urbanas y las ciudades se enfrentan no solo al gran reto de satisfacer las necesidades de sus habitantes, sino también, al de asegurar entornos ambientalmente sostenibles que garanticen la calidad de vida.
Según el Consejo Mundial de la edificación sostenible, WorldGBC, los edificios y la industria de la construcción generan más del 30% de las emisiones de CO2 a nivel global. Ante esta situación, y siguiendo los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) planteados por la ONU, presenta una iniciativa mundial con la finalidad de que para el año 2050, la totalidad de los edificios construidos, sean de energía cero.
En España, la directiva europea 2010/31 exige que todos los edificios públicos de nueva construcción sean de consumo casi nulo a partir del 1 de enero de 2019. Esta acción debe completarse para el año 2020, sin excepción, en todos los edificios.
Pero, ¿qué es un edificio de energía cero? Es un edificio autosuficiente que genera por medio de fuentes de energía renovables toda la energía que consume. Para ello, estos edificios incorporan tecnologías medioambientales que potencian los sistemas pasivos de eficiencia energética (como la orientación de las ventanas) o sistemas activos de generación eléctrica mediante fuentes renovables. Con estos sistemas, la demanda de energía es entre un 75% y un 90% menor que la de un inmueble tradicional, y aunque económicamente, estos edificios son entre un 3 y un 8% más caros, se espera que al generalizarse su construcción, se aminoren los costes.
Con todo ello, la concienciación ambiental de los consumidores es un factor clave para que este tipo de edificaciones se extienda en nuestras ciudades.