Ya hemos hablado en alguna otra ocasión de la importancia de la iluminación en nuestro espacio de trabajo, por lo que es importante que, a la hora de plantearnos una reforma parcial o total de nuestras oficinas, dediquemos una parte importante, tanto del tiempo de planificación como del presupuesto, a estudiar e implementar un sistema de iluminación que mejore la productividad y el bienestar de nuestros empleados.
Partimos de la noción básica de los tipos de luz: natural y artificial cálida y fría. La luz natural es importante para nuestro organismo, y poder disponer de ella en nuestro espacio de trabajo va a mejorar la sensación de bienestar de los trabajadores. En ocasiones no es sencillo, pero si nuestro presupuesto lo permite, tenemos que intentar llevar la luz de fuera de la oficina al interior.
La luz fría estimula la productividad, pero hay que ser muy cuidadosos a la hora de elegir la forma en la que la luz incide sobre los puestos de trabajo. Luces demasiado brillantes causan estrés y fatiga visual, por lo que planificar la buena colocación de las luminarias es importante.
La luz cálida para zonas comunes y áreas de descanso es también imprescindible, queremos que estos espacios sean relajantes y cumplan su función, tanto de conexión de los distintos espacios de trabajo, fomentando la distinción de zonas por parte del trabajador, como la sensación de calidez de las áreas en las cuales desconectar temporalmente de sus funciones.
Ahora que se fomenta el uso de distintos espacios para que cada empleado escoja el lugar más cómodo donde trabajar, es interesante proponer opciones para cambiar la iluminación a la necesidad del usuario. Hoy en día hay sistemas domóticos que permiten cambiar de un tipo de luz a otra sin mucha complicación y con un coste reducido, lo que permitirá que un espacio destinado al descanso se convierta en un espacio productivo a través de un interruptor o incluso a través de una aplicación de nuestra red o en el móvil del trabajador.
Por último, y como siempre, dependiendo de nuestro presupuesto, podemos jugar con luz de distintos colores para crear ambientes diferentes en la oficina. Está demostrado que distintos colores de luz estimulan la creatividad y la sensación de bienestar, lo cual se traduce, a fin de cuentas, en la mejora tanto de la salud de los trabajadores como de su productividad.