Está claro que la pandemia lo cambió todo, y más en lo referente a la forma de trabajar en las empresas, con las medidas de distancia social y el teletrabajo.
Ahora que la «normalidad» está a la vuelta de la esquina, son muchos los negocios que han descubierto los beneficios del trabajo híbrido, en el cual se mezcla el teletrabajo y el presencial, con lo que se abrió un debate sobre si la necesidad de que un empleado tenga un espacio fijo en la oficina era óptimo tanto para los trabajadores como para la empresa.
Con esta misma idea en la cabeza, la empresa Ayesa Advanced Technologies S.A., y debido a los efectos de la pandemia, decidió cambiar su sede y optar por un modelo de trabajo más dinámico, ofreciendo a sus empleados la opción de trabajar desde casa y de, en caso de necesitar acudir a la oficina, poder reservar un espacio para su uso personal, lo que se conoce como «mesas calientes» o hot desks.
Esta idea, aunque no carente de lógica, no gustó demasiado a los sindicatos, que demandaron a la empresa aludiendo que el trabajador debe tener su propio espacio, aunque este permanezca vacío el tiempo que no lo utilice al teletrabajar.
Pues bien, a raíz de esta denuncia, la Sala de los Social de la Audiencia Nacional acaba de fallar a favor de la empresa, entendiendo que el hecho de que el espacio de trabajo no sea siempre en la misma ubicación dentro de las instalaciones de la oficina, no modifica sustancialmente las condiciones generales de contratación del empleado según lo establecido en el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, ya que estas reservas, en caso necesario, pueden realizarse por semanas completas, sin conllevar un cambio de centro de trabajo.
Así pues, las empresas tienen el derecho a decidir, por razones organizativas e incluso de salud, si sus empleados deben reservar los espacios de trabajo que vayan a utilizar durante la semana o durante los días en los cuales tengan que acudir al centro, sin que ello conlleve un perjuicio para los mismos.
De esta forma, además, los trabajadores pueden decidir en qué sitio ubicarse, coincidiendo con compañeros, en aquellos puestos que se adapten mejor a sus necesidades, etc.
Todo este proceso se realiza habitualmente a través de una aplicación móvil o página web de la empresa y se une a la tendencia cada vez más empleada de utilizar este tipo de recursos para reservar zonas de reunión, lúdicas u otras instalaciones dentro de la compañía.