Terminar las vacaciones y regresar a la oficina puede sentirse como un choque: pasamos de días despejados y relajantes a un ritmo laboral más intenso. Sin embargo, un entorno de trabajo bien pensado y ciertos hábitos pueden suavizar esta transición. Aquí te compartimos 5 tips para que la vuelta a la rutina no sea tan dura y, de paso, mejores tu bienestar en la oficina.

1. Prepara tu espacio con antelación

Antes de sumergirte de lleno en las tareas pendientes, dedica un tiempo a ordenar y personalizar tu puesto de trabajo. Una mesa despejada, una silla ergonómica y buena iluminación marcan la diferencia. Añade algún detalle personal como una planta pequeña o un accesorio decorativo: te ayudará a reducir el estrés.

2. Ajusta tu mobiliario para mayor confort

Después de días de desconexión, es común sentir molestias al volver a largas jornadas frente al ordenador. Asegúrate de que tu silla de oficina tenga un buen soporte lumbar, ajusta la altura del escritorio y coloca la pantalla a la altura de tus ojos. Un mobiliario ergonómico previene contracturas y mejora la concentración.

3. Empieza con objetivos realistas

No intentes hacerlo todo el primer día. Regresar con metas pequeñas y alcanzables evitará la frustración. Puedes apoyarte en organizadores de escritorio que te ayuden a priorizar, planificando primero las tareas más urgentes y dejando espacios para pausas.

4. Incorpora microdescansos en tu jornada

Levantarse, estirar las piernas o incluso cambiar de postura ayuda a mantener la energía. Si cuentas con mobiliario flexible, como mesas regulables en altura, alternar entre estar sentado y de pie te ayudará a mejorar la circulación y reducir la fatiga.

5. Crea un ambiente agradable

La vuelta será más llevadera si tu entorno de trabajo transmite bienestar. Apuesta por una buena silla tapizada en tonos suaves, usa lámparas que generen una luz cálida y coloca elementos que aporten serenidad, como cuadros o paneles acústicos que además reduzcan el ruido.

La vuelta a la rutina no tiene que ser un sacrificio: con un mobiliario adecuado y pequeños cambios en la organización del día a día, la oficina puede convertirse en un lugar mucho más cómodo y estimulante.